Sin palabras

Hace poco me fui de viaje a un país latinoamericano que llamaremos DO y comprobé lo que todos sabemos pero no nos atrevemos a decir: muchas de los abusos que sufrimos en nuestros países latinos vienen como consecuencia de nuestra mentalidad de esclavitud. Es por eso que muchos extranjeros entran y maltratan a nuestra gente y nos quejamos en redes sociales pero no hacemos nada para cambiar la mentalidad que abrió las puertas para que entrara ese abuso.

En el aeropuerto la fila de migración era larga y la mayoría de los que estábamos en la fila éramos panameños que viajábamos juntos. Yo estaba casi al final de la fila y detrás de mí estaban unos españoles.

Después de unos minutos empezó a llegar otro grupo de viajeros. Seguramente acababan de aterrizar. Era obvio que ese vuelo venía de un país que llamaremos ES. Se dirigieron hacia la fila, pero rápidamente llegó un oficial y les indicó que, por ser turistas, ellos tenían paso expedito. Sólo era necesario entregar la volante de migración y proceder a sus buses. Nosotros, quienes también éramos turistas, seguíamos en la fila, esperando que  nos revisaran las maletas y preguntándonos a qué se debía ese trato preferencial.

Sí, comprendo que el turismo es muy importante para la economía de DO, pero nosotros éramos más de 150 turistas panameños que traíamos la misma moneda y que seguramente gastaríamos más.

Varios de los ciudadanos de ES que habían entrado a la fila antes que llegara el oficial, notaron que sus compatriotas recibían ese trato especial y una señora dijo en su idioma natal y a toda voz lo que traducido sería ‘Estamos en la fila equivocada. A estas personas las están revisando. Seguramente son de unos de esos países.’ Con risitas burlonas se salieron de la fila y  se fueron.

Me molesté por su actitud, pero la culpa no la tiene ella. La culpa la tienen todos los latinoamericanos que siguen creyendo en la “superioridad” de ES y promoviéndolo como la tierra prometida.

Hace unos meses estuve en ese país. No recibí ningún trato especial en el aeropuerto, y también fui de turista. Te aseguro que los ciudadanos de DO tampoco reciben un trato especial allá.

Mientras que un perro se movía entre nosotros en la fila, y a algunos les pedían que abrieran sus maletas, los de ES — lugar con los índices más altos de crimen y drogas– recibían trato especial.

No se imaginan mi sorpresa cuando me encontré con ese mismo grupo de “afortunados” en el hotel.

 

Comentarios
Sin palabras

5 thoughts on “Sin palabras

  1. Es nuestra culpa por creernos inferiores y eso es paso a que nos denigren, sino igual e importantes que cualquier otro, ofrecemos lo mismo o más, créeme que esa actitud preferencial la veo también cuando viajo e inclusive aquí mismo

    1. Creo que el secreto está en la educación. Es el momento de cerrar (y quemar) varios libros de texto con información inútil y empezar a enseñarles a los estudiantes cómo funciona la vida real. Si no, nada cambiará.

  2. Llevo tiempo de vivir donde vivo y aunque extraño America por varios motivos, siento molestia cuando veo que nos quieren tratar de menos por no cumplir sus “estándares de superioridad”. En la mayoría de los sitios en América Latina, su complejo de inferioridad hace y seguirá haciendo que se les vea como inferiores, es ley de vida.
    Siento mucho que hayas pasado por eso, allá lo vemos tan a menudo que ya le quitamos el hierro que merece.

    1. Qué lamentable que muchas personas vean ese tipo de situaciones como normales. Ojalá en las escuelas se enseñara una asignatura llamada Amor Propio.

  3. Al escuchar esto siento que me ahogo, que me falta el aire. Soy una persona tan tranquila que hablo muy poco en público. Muchos creen que por timidez pero me gusta observar a la gente. La última vez que viajé fuera de mi país fue en 1996, y fue tan parecido a lo que describes. Qué tristeza, no creo que valla cambiar pronto.

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