Entre limones

Quise preparar una limonada. Agarré unos limones grandes que prometían ser jugosos pero no salió ni una gota de jugo de ninguno. Por fuera eran perfectos– por eso los había comprado– pero no tenían nada que ofrecer. Me dejé llevar por su tamaño y su color hermoso.

¿No sucede igual en la vida?

A veces en el momento en que conocemos a las personas empezamos a crear estas expectativas de cómo creemos que deberían ser y cómo será la relación con ellos. Pero al poco tiempo nos decepcionamos porque nadie está obligado a ser lo que nosotros queremos que sean y porque las apariencias engañan.

Por eso es tan importante no dejarse impresionar por la fachada.

Casi todos los días me toca escuchar historias de hombres y mujeres que simplemente escogieron mal a la pareja. Se dejaron llevar por cualidades insignificantes, sin tomar el tiempo para averiguar si lo que la persona ofrecía a la relación era suficiente o por lo menos útil.

Ya me cansé de que traten de convencerme que no hubo señales o que la persona cambió repentinamente. Eso raras veces es el caso. Pero cómo les cuesta aceptar que se equivocaron porque se fijaron en todo lo que no importaba.

No sabría decirte cuántas mujeres se molestan porque  el marido toma demasiado cuando así fue que lo conocieron– en un bar. Cómo olvidar los que dicen estar cansados de la mujer enojada y amargada, cuando ella fue exactamente igual durante el noviazgo, pero como era bonita… Cabe mencionar a las que se sentaron a chismear con las grandes amigas para luego poner cara de sorpresa cuando las mismas amigas las traicionan. Y debo contarte de los padres que se endeudan para que sus hijos vistan ropas de marca luego se ofenden cuando reciben notificación de la escuela que el chico se copia.

Se aseguraron de que todo se viera bien por fuera, pero a ninguno se le ocurrió fijarse en lo que había adentro.

Sueño con el día en que el ser humano deje de juzgar por lo que sus ojos ven y preste más atención a las señales sutiles– aquel día en el que las personas le pondrán más empeño a tener una buena actitud y valorarán más la integridad y la firmeza de carácter que un maquillaje impecable.

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