No sé cuándo fue que nos confundimos. Busqué la definición de la palabra ‘intimidad’ en el diccionario y encontré esto:
Relación de amistad muy estrecha y de gran confianza.
¿En qué momento ‘intimidad’ se convirtió en sinónimo de ‘acto sexual’? Supongo que en el mismo momento en que perdimos esa relación estrecha y de confianza con nosotros mismos.
La sociedad nos ha programado para prestar atención a todo menos a nuestra voz interior. Andamos la mayor parte del día con audífonos escuchando a otros y cuando no tenemos los audífonos es porque estamos escuchando a otros. Siempre hay otra voz diciéndonos qué hacer, cómo vestir, qué comer, qué escuchar…Toda decisión propia corre el riesgo de ser juzgada y condenada porque hay muchos expertos. ¿Y nuestra propia voz? ¿Y esa amistad de gran confianza cuándo la desarrollamos si estamos obsesionados siguiendo al montón?
Es que no hemos tomado el tiempo para tener intimidad con nosotros mismos. Queremos encontrar ese gran amigo, ese amor eterno, esa persona que siempre estará allí, pero no estamos dispuestos a ser todo eso con nosotros mismos. ¿Cómo pretendes que otro te dé lo que tú no te has dado?
Según algunos conocedores, para desarrollar la intimidad con uno mismo, hacen falta cinco elementos: Honor, confianza, vulnerabilidad, tolerancia y gratitud
A medida que aprendas a hacer valer estos elementos en tu propia vida, entonces estarás listo para ofrecerlo en tus relaciones con otras personas. Uno sólo puede dar de lo que tiene porque no se puede verter agua de una jarra vacía. Entonces yo necesito desarrollar una relación de amistad muy estrecha y de gran confianza conmigo misma primero.
¡Con razón tantas relaciones fracasan! Es que vivimos en la época en la que todo el mundo exige y hace demandas, pero no tienen nada que ofrecer porque no tomaron el tiempo para desarrollar la relación más importante. No le dieron importancia a esa vocecita interna, la voz de sabiduría.
Tomemos un primer paso, pues. ¿Qué cosas puedes hacer hoy para honrarte a ti mismo?
