Cerrando etapas

Me han acusado de hacer preguntas difíciles en terapia. También mis estudiantes me han acusado de hacer lo mismo en exámenes. Para mí es importante que razonen, analicen y saquen sus propias conclusiones basadas en el pensamiento crítico y no en las creencias limitantes que heredamos de nuestros ancestros.

Le pregunté a una pareja cuál es le propósito del matrimonio.

Como he estado atendiendo en línea por varios años, pensé que se había congelado la pantalla. Me tomó un momento darme cuenta que, a pesar de contar con varios años de casados, no sabían cómo responder. Finalmente empezaron a lanzar definiciones que habían escuchado en la iglesia. No estaban equivocados, pero hacía falta regresar a lo más básico y lógico.

Suena bien decir que el matrimonio es como una empresa o una fraternidad espiritual, pero pocas personas saben exactamente en qué consiste esa fraternidad. La mayoría lo definiría como leer la biblia, asistir a la iglesia cada semana y dar donaciones. Otros dirían que es más una cuestión de organizar bien las finanzas, iniciar proyectos juntos y tener metas en común. Nunca faltan los que creen que el matrimonio significa estar pegados juntos todo el tiempo posible haciendo todo juntos, pensando y vistiendo iguales.

Sin embargo si no nos vamos a lo básico, lo demás no funciona. El matrimonio es para cerrar la etapa de la niñez e iniciar la etapa adulta. Ese cierre implica algunas decisiones que muchos prefieren ignorar. Una de las más importantes es saber cómo y cuánto deben alejarse de la familia nuclear.

Este paso cuesta bastante porque creemos que es perfectamente normal contarles TODOS nuestros secretos a mamá y papá, consultarles TODO y hasta permitir que participen de las discusiones de pareja.  He conversado con demasiados hombres y mujeres que a la primera discordia llaman a la mamá de la pareja para decirles: ‘mira lo que tu hija/o me hizo’. Otros que amenazan con ‘le voy a contar a tus padres’. Y les parece perfectamente normal hacer eso. Es una actitud infantil–de aquellas cosas que suceden cuando no cerramos la etapa de la niñez.

En lugar de crear una nueva extensión del sistema familiar, creamos una fusión en donde los roles no quedan claros y las prioridades se confunden. Ese dicho el que se casa es porque casa quiere no tiene que ver con hipotecas; es un llamado a la independencia.

Podría pasar mucho más tiempo escribiendo sobre esto. Pero te tiro esto para que lo atrapes como quieras: Después de casados la madre ya no es la prioridad del hombre; ahora su esposa es su prioridad. Eso no significa que tiene que abandonar o ignorar a su madre. Obviamente la sigue amando, respetando y apoyando. Significa que la mujer en su vida ahora es su esposa porque ha cerrado la etapa de la niñez.

En cuanto las suegras entiendan esto, a las esposas jóvenes les irá mejor y ellas criarán mejor a sus varones y no se volverán suegras de terror cuando sus varones se casen. Es un ciclo que empieza cuando tienes la madurez para cerrar la etapa.

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