Durante estos días libres por la celebración de las fiestas patrias en mi bello Panamá, llegué a una importante conclusión: la gente necesita ver menos televisión. No me refiero a los programas de violencia porque el que aún no cree que eso hace daño, realmente no se convencerá leyendo este blog. Mi preocupación es otra.
De tanto ver tele la gente se confunde en cuanto a lo que realmente importa en la vida. ¿Has visto esos reality shows de novias? ¿En serio lo más importante para iniciar un matrimonio es el vestido? Entiendo que toda mujer quiere verse como una princesa, ¿pero tanto sofoco por un vestido? Sí, muchas me estarán diciendo que no es sólo un vestido, es el evento más importante de sus vidas, se tomarán fotos, bla bla bla. Déjame decirte que conozco a varias que le pusieron bastante empeño (y dinero) a la adquisición del traje perfecto para la boda perfecta en la que saldrían perfectas en las fotos y hoy están divorciadas, separadas o simplemente amargadas.
Veo mujeres peleándose, insultándose, llorando, endeudándose por ese famoso evento y un traje que sólo usarán por unas pocas horas. Pero cuando se acaba la fiesta, se van los invitados, se guarda el traje de princesa, resulta que ahora están casadas y no tienen ni la menor idea de cómo ser esposa. No saben cómo respetar a un hombre ni cómo lograr que él las ame por siempre. No es porque no tuvieron la oportunidad de enterarse, es porque el evento de inicio acaparó toda la atención.
Si dejaran de ver televisión y le prestaran atención a la vida se darían cuenta de que lo más importante es lo que te completa, te hace mejor persona, te ayuda a decidir ser feliz y dura hasta que la muerte los separe.