Autoconfianza y amor

Una de las quejas principales en contra de la tecnología es que produce aislamiento. Es decir, la persona se enfoca tanto en los estímulos provenientes de su pantalla, que no se da cuenta del tiempo que pasa ni de los demás a su alrededor. Creo que a la mayoría nos ha sucedido que miramos el reloj, nos metemos a nuestra red favorita y la próxima vez que volvemos a mirar el reloj ya han pasado varias horas.  Durante ese tiempo quizás no nos movimos y tampoco conversamos con las personas en nuestro entorno.

El celular nos acompaña a la mesa para comer y al baño. En cualquier momento libre lo agarramos. Si lo perdemos de vista inmediatamente buscamos o preguntamos si alguien ha visto nuestro celular. Como dicen, estamos más conectados con la tecnología y casi completamente desconectados unos de otros.

A mi parecer, esto es lo que ha contribuido a que tantas personas de todas las edades anden por ahí con la autoconfianza por el piso.  Muchos alegan que tiene que ver con mirar gente perfecta en redes y sentir que no damos la talla. No dudo que eso sea parte, pero creo que al no contar con alguien que nos mire a los ojos, nos dé una palmadita en la espalda y nos sonría, estamos perdiendo mucho.

No necesito tratar de explicarte que los seres humanos necesitamos conectar unos con otros. Sí, hay muchas personas viviendo felices en sus burbujas con sus mascotas y sus plantas, sin embargo sigue siendo importante interactuar en vivo y cara a cara con otros humanos.

El amor alimenta e impulsa la autoconfianza.  Cuando una persona se siente amada puede sobrellevar situaciones difíciles y es casi imparable. Esto no aplica solamente al amor romántico; el amor que fomenta el desarrollo de la confianza en uno mismo puede venir de familia, docentes, amistades y hasta de personas que no conocemos.

Josh Shipp, un orador y escritor de renombre, cuenta que para la edad de 14 años ya había sido expulsado de tantos hogares de acogida (foster homes) que para él era un juego. Pero lo que evitó que él se convirtiera en una estadística más fue un adulto cariñoso. De hecho, alega que cualquier niño o niña que logre encontrarse con un adulto genuinamente cariñoso e interesado en su bienestar, puede convertirse en una persona exitosa.

La tecnología no es mala y las redes sociales no son diabólicas. El problema es que muchos hemos permitido que nos aísle y nos aparte de nuestros seres queridos. Ese alejamiento ha agotado nuestra autoconfianza. Es hora de corregir eso.

Comentarios
Autoconfianza y amor