Escondido

Hace unos días recibí un mensaje por Whatsapp en el cual se indicaba que a tal hora todas teníamos que cambiar la foto de perfil por una caricatura que denunciaba el femicidio y maltrato hacia la mujer. Me pareció interesante la iniciativa, pero no participé por algunas razones que no exploraré en este blog. Sin embargo, a pesar de que las estadísticas señalan aumento en las denuncias de mujeres maltratadas, hay una información que se mantiene casi en secreto. Se trata del maltrato físico y emocional que reciben muchos hombres.

Sé que muchas dirán que la cantidad de hombres maltratados no se acerca al de mujeres y estoy de acuerdo. Pero el hecho de que no existan estadísticas impresionantes no significa que el problema no existe. Lo que indica es que muchos hombres prefieren sufrir en silencio por pena a ser vistos como ‘poco hombre que se deja golpear por una mujer.’

Uno de los miedos más grandes de un hombre es precisamente que se ponga en tela de duda su masculinidad, y tener que admitir que su mujer le golpea o le insulta constantemente no es fácil.

No tiene sentido para mí contarles todas las razones por las cuales ocurre este tipo de maltrato, pues a veces de nada sirve saber el por qué. Lo que urge es que, al igual que en el caso de las mujeres golpeadas, se ayude a la víctima a salir de ese ciclo.

Creo que lo primordial es que el hombre esté dispuesto a buscar ayuda. Claro, nadie puede garantizar que no será juzgado y que no será objeto de burla aun de las mismas personas que deben protegerle. Pero el hombre debe ser capaz de entender que esa denuncia no disminuye su masculinidad.

Los insultos, las bofetadas, arañazos en la cara, cuello y brazos, platos y vasos tirados con la intención de herir son todos ejemplos de maneras comunes en que muchos hombres son maltratados. (Por favor no me digas que peores cosas les hacen ellos a las mujeres. El hecho de que tu vecino le pega a su mujer no te da derecho de pegarle a tu marido. Son dos temas diferentes.)

Si eres un hombre maltratado, primeramente necesitas saber que no estás solo y no tienes que limitarte a vivir así.

1. Respira profundo y conversa con un profesional. Lamentablemente con frecuencia les contamos nuestros problemas a las personas que no pueden hacer nada para ayudarnos, por ende nuestra conversación se convierte en una larga lista de quejas irresueltas.
2. Aléjate. Sí, lo dije. Porque he visto que después de que se le pasa la rabia la mujer promete que no lo volverá a hacer, pero pocas veces logra cumplir esa promesa. Si no te has ido aun, necesitas evaluar por qué te has quedado. Es decir, ¿de qué manera te estás beneficiando de esa situación tóxica? (Te gusta ser estrella de tu propio drama, te sirve ser víctima o te atrae la atención que recibes cuando cuentas tu historia triste. Lo cierto es que muchas personas confunden atención y lástima con amor.)
3. No te culpes. No importa qué hayas hecho, no mereces ser agredido físicamente. Eso lo hacen los niños y las personas incivilizadas cuando se quedan sin argumento.
4. Recuerda que cada uno es responsable de sus emociones y sus reacciones. Eso de ‘no lo pude evitar’ o ‘me provocaste’ es cuento.
5. Reconoce que quien te ama no te hará sufrir. Esa idea ridícula promovida en las telenovelas de que ‘quien te hace llorar es quien te ama’ es extremadamente dañina.
6. Rescata a tus hijos. Ningún niño debe crecer en un ambiente en el que se ha perdido tanto el respeto que se recurre a insultos y gritos.

Con frecuencia la excusa para permanecer en una relación de maltrato es ‘amo a mi pareja’. Sin embargo, nadie está capacitado para amar a otro si no se ama a sí mismo primero.


Simon Daniel Photography / Foter / CC BY
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