Lo que no quiero

Hace poco leí una pregunta que me hizo pensar. Estaba al final de un artículo acerca del impacto de las quejas. El autor cerró con estas palabras:

¿Qué estás haciendo para crear la realidad que dices que no quieres?

Es fácil quejarse.  De hecho creo que es un hábito cultural. Muchas conversaciones con desconocidos empiezan con una queja. ¡Uf! ¡Qué calor! ¡Esta fila tan larga, dios mío! ¡Qué cajera más lenta!  Este tipo de interacciones suelen durar pocos segundos y son bastante inofensivas. Pero ¿qué sucede cuando cada conversación es un larga lista de quejas?

En consulta les pido que me digan qué quieren.  No tienes idea de cuánto les cuesta. Empiezan de una vez a decirme todo lo que no quieren. A veces tengo que insistir varias veces porque no captan. Nos acostumbramos tanto a prestarle atención y dedicarle energía a todo lo que nos incomoda que pocas veces tomamos el tiempo para pensar en lo que nos gustaría ver o tener en su lugar.

Hay una ley universal que dice que aquello en lo que te enfocas, se expande.  Esto quiere decir que cuando invierto mi energía en pensar y hablar de todo lo que detesto y todo lo que va mal, entonces veré más de eso en mi vida. No es que yo tenga el poder para evitar que sucedan cosas malas, pero sí tengo el poder para decidir en qué me voy a enfocar; a qué le voy a dar cabida en mi vida.

Conozco personas que dicen, por ejemplo: no quiero engordar, no quiero quedarme soltera, no quiero seguir en este trabajo, no quiero vivir con mis padres a esta edad.  Comentarios válidos. La gran pregunta es ¿qué están haciendo para dejar de crear todo lo que no quieren?  No quieren engordar, pero siguen tomando soda todos los días. No quieren quedarse solteras, pero siguen declarando que los hombres son inferiores. No quieren seguir en ese empleo, pero no toman ni un curso para prepararse mejor. No quieren seguir viviendo con sus padres, pero no han empezado a ahorrar.

Siguen creando la realidad que dicen que no quieren.

 

¿Estás listo para cambiar?

  1. Presta atención a tus quejas más frecuentes. Anótalas si puedes.
  2. Analiza qué ha causado tu estancamiento.
  3. Escribe lo que realmente quieres.
  4. ¿Qué pasito puedes tomar hoy que te llevará en la dirección que quieres ir?

 

 

 

 

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