No es mi responsabilidad

Todas las mañanas durante mi caminata paso frente al supermercado Mr. Precio. Hoy noté algo que me dejó con la boca abierta.

Justo frente a la entrada del local había un tinaco volcado y la basura estaba regada por el piso. Obviamente algún perrito había hecho de las suyas la noche anterior. A los compradores les tocaba caminar entre la basura para llegar a la puerta desde el lado derecho.

El señor que limpia el patio de la plaza estaba tranquilamente barriendo entre las plantas y un guardia de seguridad estaba parado al lado de la basura como si nada.

Todos los empleados de ese local pasaron, vieron la basura y entraron a ‘cumplir con sus labores’. A ninguno se le ocurrió recogerla porque ‘no es mi responsabilidad’ o ‘a mí no me toca’ o ‘no me pagan para hacer eso’. Creen que recoger esa basura los disminuye como personas y no se dan cuenta de que es esa indiferencia la que les obstaculiza el progreso.

Qué lástima que las personas no se hayan dado cuenta de que esa actitud de escasez luego se ve reflejada en todos los aspectos de la vida. Nada perderían al tomar unos segundos para recoger esa basura. Pero al no hacerlo indicaron claramente que tienen muy poco respeto por su lugar de trabajo y su empleador.

Esa mentalidad de ‘poco importa’ es precisamente la que te mantiene en la pobreza. Si no eres capaz de velar por los intereses de quien firma tus cheques, entonces no te puedes quejar cuando no te alcanza lo que tienes.

En la vida cada uno recibe lo que da. Si ofreces un servicio de mediocridad, recibes remuneración mediocre.


hospi-table / Foter / CC BY-SA
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