Sociedad

La semana pasada escuché a la oradora principal en un congreso de damas decir que “una sociedad nunca se levantará por encima de los estándares de sus mujeres.” Pensé en esta declaración durante varios minutos y lamentablemente concluí que tenía razon.´

Hace unos días estuve parada en una larga fila en un supermercado popular. Las personas habían dejado sus canastas tiradas frente a la caja (como es costumbre) y ese desorden podría pronto provocar un accidente. Una joven vació su canasta, y al no encontrar espacio libre para ubicarla, empezó a ordenar las que estaban tiradas. Su madre quien la acompañaba se volteó y dijo “deja eso, m’hija, que nadie te paga para ordenar canastas”.

Imagínate un mundo en el que las actitudes agoístas son aplaudidas. Imagínate un mundo en el que sólo se hace el bien si hay remuneración. Imagínate un mundo en el que las personas sólo velan por su propio bienestar y comodidad. Y ahora, ¿todavía te preguntas por qué la serpiente tentó a Eva? Es que bien se ha dicho: la mano que mece la cuna es la mano que gobierna al mundo.

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