Tú tienes el control

Me he dado cuenta que en nuestro afán de no sonar “nueva era” muchos cristianos nos hemos ido al extremo de pintar al ser humano como una criatura sin poder alguno sobre su propia mente.  El resultado es una generación de alabadores y adoradores que se asfixian en sus propios pensamientos negativos.

 

Es que nadie te ha dicho que no tienes que entretener cada pensamiento o recuerdo desagradable que hace acto de presencia en tu mente y nadie te ha dicho que tú tienes el poder para escoger en qué pensar. Nuestras vidas son un reflejo de nuestros pensamientos. Por lo tanto si te acostumbras a meditar sobre derrota, condenación, culpabilidad tomarás decisiones de acuerdo a lo que has estado pensado.

 

¿Pero qué hacer si todo el día escucho que no sirvo para nada, que estoy gorda y fea, que nunca alcanzaré mis metas y que nadie me va a amar?  Es más sencillo de lo que te imaginas: siéntate y elabora una lista de todo lo bueno que tienes a tu alrededor, anota todo lo que quieres lograr en tu vida, escribe las cosas que te agradan. Esta será tu lista de victoria. Memorízatela. La próxima vez que llega a tu mente un pensamiento de derrota, reemplázalo con algo de tu lista de victoria. Al principio te costará recordar las cosas buenas, pero con el tiempo te convertirás en todo un experto.  Pronto verás que tu vida tomará otro rumbo.

Comentarios
Tú tienes el control