La arrogancia también es atrevida

Hace unos años quise contratar una especialista en dificultades del aprendizaje así que publiqué la oferta de trabajo en una página popular. En cuestión de minutos empecé a recibir emails con hojas de vida. Me aseguré de contestar cada correo, haciéndole saber a la persona que había recibido su información.  Como el 50% de las hojas de vida que recibí era de personas que nunca habían trabajado en nada de educación, ni tenían la preparación académica para justificar haberme enviado su hoja de vida. Recibí emails de personas trabajando de cajeras en supermercados, vendedores, transportistas, meseras y hasta de secretarias.  Cuando les contesté diciendo que la información en sus hojas de vida no coincidía con lo que yo estaba buscando, varios me contestaron que les diera la oportunidad, que necesitaban el trabajo o que lo habían enviado ‘por si acaso’.

Suena como una locura, ¿verdad? No leen, no piensan, no analizan… Es una actitud rara.

Pero mira cuántas personas hacen exactamente lo mismo cuando se trata de relaciones de pareja. Llegan mujeres a mi consultorio a contarme lo mal que les va en sus relaciones. Conversamos acerca de lo que un hombre necesita de su pareja, cosas como expresiones verbales de aprecio, sentir que su pareja le respeta y cree en él. Y me dicen pues no, no les da la gana de hacer nada de eso.

O las mujeres que me dicen que quieren un hombre macho masculino y les digo que un hombre masculino necesita una mujer femenina y me contestan “no, eso es tonto, él me tiene que aceptar así como soy”.

Hombres que llegan diciendo que necesitan que su mujer confíe en ellos y les indico que una mujer necesita sentirse a salvo en su relación para poder confiar y me preguntan cómo así y les digo: cumple tus promesas, no le mientas, deja de coquetear con otras mujeres y me dicen que no, eso no.

Parece que es un hábito eso de querer algo, pero no estar dispuestos a hacer lo que se requiere.

Imagínate que yo vaya a un hospital y les diga que quiero trabajar de enfermera. Cuando me piden mi hoja de vida no ven nada relacionado con la enfermería y me informan que no me pueden contratar. Imagina que yo me moleste y les diga: soy buena persona y así me tienen que aceptar.

¿Tonto, dices?

Comentarios
La arrogancia también es atrevida

2 thoughts on “La arrogancia también es atrevida

  1. Es evidente que a algunas personas les cuesta tanto desaprender las malas actitudes. Ellos desean el camino fácil, la gratificación inmediata, pero la vida no es así. Muchos tienen que tocar fondo antes de entender que van por el camino equivocado y a veces ni con eso entienden. Es por eso que debe existir concordancia entre las palabras y las acciones.

  2. Es triste ver, escuchar a hombres decir que no puede dejar de ser coqueto con otras mujeres aunque anda de la mano con la esposa, no lo tolero.

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