¡Está llorando!

El llanto es una expresión común en los humanos; hombres, mujeres, infantes y adultos lloran. No es malo llorar, de hecho a veces es necesario. A veces es por dolor, otra veces por miedo u otras emociones fuertes y en ocasiones es pura manipulación.

Recuerdo hace varios años que trabajé como coordinadora de la sección primaria de un colegio de renombre. El primer día de clases las madres jóvenes permanecían dentro de los salones hasta que tocara el timbre para iniciar las clases. Algunas lloraban, otras consolaban a sus pequeños, otras se ponían al día con los chismes.  Me tocó acercarme a decirles que ya tenían que salir para que la maestra empezara las clases. Un niño en particular lloraba fuerte y se agarraba de la pierna de la mamá.  Le indiqué a la mamá que lo soltara y se retirara, que el niño estaría bien.  Con lágrimas en los ojos ella se alejó del niño haciéndole mil promesas. El pequeño sollozaba a mi lado. A penas la madre se alejó lo suficiente dijo: -¡Uf! ¡Por fin se fue! Y entró corriendo y saltando al salón. Yo quedé con la boca abierta.  El niño lloraba porque entendió que eso era lo que su madre necesitaba ver en ese momento.

Algunas personas se ponen nerviosas cuando ven a alguien llorando.  Creo que es porque no saben qué hacer o decir y por algún motivo creen que hay que detener el llanto.  A parte de preguntar -¿qué te pasó? no saben cómo proceder.  Yo digo que a veces hay que dejar que la gente llore en paz.

Sin embargo si se trata de un ataque de ansiedad, esto es lo que puedes hacer:

  1. Cambia el tema.  Una vez me informaron de una estudiante que estaba sentada en el suelo de su salón llorando. Entré y nos pusimos a hablar de donas y nachos. A los pocos minutos pudo integrarse a la actividad con el resto del grupo.
  2. Enfócate en los sentidos. El mensaje de alerta por peligro llega al cerebro a través de los sentidos. Para cambiar ese mensaje hay que utilizar los 5 sentidos. En una ocasión una cliente me escribió que estaba en el hospital y estaba con mucha ansiedad y no paraba de llorar. Le dije que mirara a su alrededor y encontrara 2 cosas amarillas, 4 sonidos diferentes, 3 olores distintos, 2 texturas diferentes y una cosa que podía saborear.  Esto le ayudó a calmarse.
  3. Evita juzgar. Me impresiona la cantidad de personas que actúan como si nunca se han sentido mal y tildan de débiles o generación de cristal a aquellos que se atreven a sentir. Somos diferentes y vamos a procesar los sucesos de maneras diferentes.

¿Cómo sé que la persona está teniendo un ataque de ansiedad? Una cosa es llorar incontrolablemente por algo que realmente sucedió, otra cosa es llorar incontrolablemente por miedo porque existe la posibilidad de que algo malo suceda.

 

 

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