¿Sabías que tus sentimientos pueden influir en tu sistema inmunológico?
Se creyó durante un largo periodo que la mente y el cuerpo operaban de manera independiente. Sin embargo, hoy sabemos que nuestras emociones pueden tener un impacto directo en nuestra salud física, especialmente cuando enfrentamos circunstancias complicadas o traumáticas.
Un caso claro son las enfermedades autoinmunes, en las que el organismo se desorienta y ataca sus propios órganos o tejidos. Estas afecciones impactan más a las mujeres, y a menudo surgen tras experimentar estrés constante, pérdidas o vivencias dolorosas sin solución. De hecho, según algunos estudios, entre el 78% y el 80% de personas que sufren de enfermedades autoinmunes son mujeres.
Déjame explicarte de manera sencilla el funcionamiento de una parte del sistema inmunitario conocida como CD45, y cómo el trauma emocional puede provocar una respuesta inadecuada de este sistema, provocando así problemas de salud.
Tu sistema inmunitario es como un equipo de seguridad que protege tu cuerpo contra virus, bacterias y otras amenazas.
- El CD45 es una proteína que está en la superficie de muchas células inmunológicas y funciona como una central de mando que ayuda a las células a:
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- Recibir señales
- Decidir si deben reaccionar
- Medir cuán fuerte debe ser la respuesta
- Saber cuándo calmarse
- RA y RO son isoformas de CD45 que se encuentran en las células T que son células clave del sistema inmune. CD45RA = Reclutas nuevos que nunca han combatido y CD45RO = Soldados con experiencia que recuerdan infecciones pasadas.
En enfermedades como el lupus o la artritis reumatoide, el sistema inmunológico se confunde y ataca al cuerpo como si fuera un enemigo.
- Si la señalización de CD45 se descontrola, las células inmunes reaccionan en exceso o no se apagan cuando deberían.
- Cuando el cuerpo tiene demasiadas células CD45RO (memoria) el cuerpo sigue respondiendo a amenazas que ya no existen, causando inflamación constante.
- Si la persona tiene muy pocas CD45RA (vírgenes) pueden hacer que el sistema sea menos flexible frente a amenazas nuevas
El trauma no resuelto, especialmente en la infancia, puede hacer que el cuerpo viva en modo “alerta permanente”, como si siempre estuviera en peligro.
Como consecuencia:
El estrés crónico altera el funcionamiento de CD45 –> El sistema inmunitario empieza a ver peligro donde no lo hay, y puede atacar al cuerpo por error –> El trauma entonces aumenta la inflamación en el cuerpo y eso empeora los síntomas.
La conexión entre nuestras emociones y nuestra salud física es real y profunda. Cuando experimentamos trauma o estrés sin procesarlo adecuadamente, nuestro cuerpo puede reaccionar de formas que afectan nuestra salud a largo plazo. Las enfermedades autoinmunes son solo una de las muchas maneras en que esto se puede manifestar.
Es esencial entender que la salud no es solo cuestión de tratar los síntomas físicos, sino también de cuidar nuestra salud emocional. Al abordar el trauma, la ansiedad o el estrés de manera adecuada, no solo estamos protegiendo nuestra mente, sino también nuestra salud física.