Miedo al aburrimiento

La mayoría de las personas le tienen pavor al aburrimiento.  Nos han enseñado desde niños que es algo que se debe evitar a toda costa porque puede traer consecuencias negativas. Después de todo, ¿qué sucede cuando un esposo se vuelve aburrido? ¿Qué opinamos de predicadores aburridos? ¿Qué decimos de una mujer que se viste aburrido?  No es sorprendente que muchos están dispuestos a irse a los extremos con tal de que  nadie les ofenda con esa frase: ¡Qué aburrido eres!

Recuerdo hace varios años que una madre justificó la conducta inadecuada de su hijo diciendo que la maestra era demasiado aburrida.  A ella le pareció lo más normal decir semejante tontería porque la sociedad nos ha programado para creer que hay que combatir el aburrimiento, destruirlo y huirle.

¿Por qué le tenemos tanto miedo al aburrimiento? ¿Por qué nos incomoda tanto?  No sé si has notado que la gente no se atreve a esperar en una fila o recibidor sin tener los ojos pegados al celular.  A penas hay un momento sin estímulo, automáticamente sacan el celular y se meten a redes sociales.

Hace pocos días caminaba por los salones y vi a dos estudiantes de décimo con sus celulares durante la clase. Uno estaba jugando y el otro estaba en Instagram. Me detuve a mirarlos un buen rato hasta que un compañero de ellos les dijo que yo estaba en la puerta. De una vez saltaron a guardar los celulares, pero ya era tarde.  Estaban en la clase de química y la excusa era la de siempre: estábamos aburridos. No importa cuál sea la consecuencia, parece que estamos dispuestos a sufrirlas con tal de dejar de sentir aburrimiento.

Estamos sobre-estimulados y sí, la adicción al celular es real.  No es duro caer en estos patrones. Según los expertos hay tres condiciones que deben darse para crear un bucle de adicción:

  1. El estímulo debe tener alta disponibilidad y accesibilidad.
  2. Debe ofrecer una recompensa rápida que puede ser predecible o impredecible.
  3. La conducta debe ser fácil de repetir.

Piensa en un individuo en un casino rodeado de maquinitas (disponibilidad). Quizás sólo ha ganado $2, pero sigue jugando porque es probable que vuelva a ganar (recompensa rápida impredecible). Sin darse cuenta, pasa varias horas haciendo lo mismo (fácil de repetir).  Lo mismo sucede con el celular. Siempre lo tenemos a mano, la recompensa es fotos, reels, memes y es fácil mover el dedo para desplazarse. Igual con las drogas. Están accesibles, la recompensa es una sensación falsa de bienestar y poder. La conducta se repite una y otra vez.

Mucho de esto sucede para escapar del momento y evitar el aburrimiento porque nos estresa sentir que estamos desocupados.

El aburrimiento es tu oportunidad para estar presente en el aquí y el ahora.

La inspiración, las ideas y las soluciones vienen cuando te das permiso a estar en silencio.  Es un error tratar de llenar cada momento del día con actividades, conversaciones, reuniones, ruido o actividades. Los seres humanos no somos máquinas y necesitamos espacio para simplemente ser. Atrévete a sentarte con tu aburrimiento; siéntelo sin juzgar. Hay secretos que sólo puedes entender cuando aprendes a hacer silencio.

Comentarios
Miedo al aburrimiento