Antes me gustaban mucho las bodas, pero desde hace un par de años les he perdido el gusto. Supongo que me he vuelto un poco cínica, pero con tantos intentos fallidos a mi alrededor dejé de hallarle el sentido a todo el ritual. No estoy diciendo que no creo en el matrimonio, pero sí he dejado de creer en las bodas.
No entiendo qué les hace creer a una pareja que ellos sí serán diferentes si no están haciendo nada diferente. Siguen en los mismos pasos que todos los demás, sin embargo se sorprenden cuando les va igual de mal que a todos los demás.
Hace unas semanas alguien publicó en Facebook ‘menciona una cosa que no volverías a hacer jamás’. La mayoría de los que respondieron escribieron ‘casarme’. Y creo que el problema tiene que ver con que dedican mucho tiempo e invierten mucho dinero tratando de crear la boda soñada con el vestido de princesa y las flores más hermosas, pero muy pocos invierten en la parte más importante: convertirse en una persona de alta calidad.
Por algún motivo que desconozco la mayoría insiste en que uno aprende a ser buen esposo o esposa por inercia y no leen ni un solo libro que les ayude a tener éxito en el matrimonio. Pero eso sí; compran docenas de revistas de boda.
¿Cuánto tiempo toma planificar una boda? Imagina lo diferente que serían los matrimonios si dedicaran esa misma cantidad de tiempo al crecimiento personal. Y no me refiero a lo que muchos hacen que es ir a escuchar al pastor o al sacerdote para que oriente y guíe– sin tomar en cuenta que el matrimonio del pastor está por acabarse y el sacerdote nunca se ha casado.
Luego vienen los consejos de las doñas maduras y bienintencionadas: sé humilde, obedece, no le niegues tu cuerpo, mantén tu casa limpia, prepárale la comida que le gusta, dale hijos sanos… Como si algo de eso les hubiese funcionado a ellas.
Tampoco faltan los consejos de las jovencitas liberadas: ten sexo todo el tiempo para que no mire a otras, manténle una cuerda cortita, revísale el celular y asegúrate de sabe a quién sigue en Instagram, no dejes que te pisotee, demuéstrale que tú no lo necesitas, grítale si te levanta la voz, no le dejes salir con sus amigos… y estos consejos los extrajeron de las novelas porque la que ya está casada vive quejándose del marido y las demás están frustradas porque las deja el tren.
Y sin querer la novia absorbe todo lo que escucha y va alineándose con lo que le suena inteligente y llega a conclusiones tontas: ‘los hombres son así’.
Ojalá las parejas pasaran más tiempo leyendo acerca de cómo convertirse en un esposo o una esposa de alta calidad con la misma determinación con la que salen a contratar bandas, dulcerías, imprentas o decoradores. Porque parece que se les olvida que la fiesta se acaba y la comida se digiere, pero la relación debe ser feliz y duradera.
Asi es, en el libro The Love Dare, menciona que el MATRIMONIO ES UNA CARRERA DE RESISTENCIA Y NO DE VELOCIDAD. Debemos instruirnos, estudiamos tanto para ser Buenos profesionales, y descuidamos las cosas importantes como la crianza de nuestros hij@s, como conserver nuestros matrimonios, los procesos de nuestras etapas de vida, incluso nuestra vejez, si llegamos como la viviremos????, la meditacion e introspeccion nos lleva a un punto reflexive donde logramos hacer grandes o pequenos cambios en nuestra vida, que signican mucho para nuestro future.
Sldos.