El Famoso Numerito

Vivimos en una sociedad en la que los números son importantes: talla, salario, ahorros, peso, deudas, edad…  Es más, tendemos a juzgar a otros por estos números.  No nos damos cuenta de que  nuestro valor proviene de otra parte, pero ese es tema para otra discusión.
Pero hay un número que puede convertir toda la experiencia educativa en una tragedia prolongada.

Si vives en mi país, en la mayoría de las escuelas el progreso académico se mide de 1 a 5.  Siendo la nota mínima aceptable un 3.  Otros centros educativos utilizan otros sistemas, pero el concepto es igual: se le pone un valor numérico al rendimiento académico.
El problema empieza cuando se juzga el futuro del estudiante basado en esos numeritos.  Seamos sinceros: ¿quién de nosotros solamente va a un médico si formó parte del cuadro de honor? Y cuántos docentes, padres y madres cuando estuvieron en edad escolar obtuvieron notas excelentes siempre?

 

Antes de que piensen que mis ideas son demasiado liberales y que pueden producir un caos familiar y educativo les contaré una historia.  Hace muchos años tuve dos estudiantes. Ambos varones.  Uno, a quién llamaré Theo, siempre obtenía las calificaciones más altas. Su madre orgullosa paseaba el informe de calificaciones en su cartera y no le daba pena sacarlo en el bus, el supermercado o la iglesia para mostrárselo a todo el que se le acercaba.  Al otro lo llamaré Thor.  Este no levantaba cabeza y sus padres ya no hallaban cómo hablarle, castigarle o pegarle para que tan siquiera llegara al 3.

 

Pasaron los años. El chico genio hoy es desempleado, vive con una joven a quien embarazó y quien lo mantiene.  El chico de numeritos inaceptables hoy día ocupa un puesto importante en un banco de la localidad.

 

Es que si dejaramos de enaltecer el famoso numerito, tendríamos tiempo para enseñar lo que realmente importa.  Les daríamos a nuestros hijos y estudiantes las herramientas que necesitan para ser exitosos.  Es una actitud hipócrita de parte de los que ya hemos vivido cierta cantidad de tiempo, seguir fomentando la idea de que ese numerito es símbolo de éxito futuro, cuando bien sabemos que no lo es.

 

Es importante obtener buenas calificaciones? Por supuesto. Pero les hacemos un gran daño a los estudiantes cuando solamente exigimos el número y no prestamos atención a las actitudes y hábitos necesarios para triunfar en la vida.

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