Hace unos días escuché esto: Sólo la audacia nos puede librar del temor.
El diccionario define audacia como osadía o atrevimiento. Es la capacidad para emprender acciones poco comunes sin temer las dificultades.
El miedo es una emoción normal de los humanos. Sirve para protegernos, pero a veces no nos está protegiendo de algo real y nos limita. Estas limitaciones aparecen disfrazadas de buenos consejos, precaución, auto-sabotaje, envidia, autoconfianza, etc.
Anoche veía un programa de esos realities que no tienen nada de realidad. Una chica acusó a otra de ser una falsa. Quedé confundida porque la acusadora llevaba peluca y pestañas falsas (entre otras cosas). Pero entendí lo que realmente estaba sucediendo: la chica que hizo la acusación tenía miedo a perder ante la contrincante y decidió que trataría de convencer a los demás que ella sí era auténtica y tenía la autoestima alta.
A ver. Lo he dicho muchas veces, pero vale la pena repetirlo: No es necesario convencer a nadie de tu nivel de autoestima. La persona que siente la necesidad de anunciarlo, por lo general está reaccionando al miedo. ¿Miedo a qué? A no ser admirada… a que descubran que tiene la autoestima baja.
Cuando sentimos temor ante una situación o evento, inmediatamente surgen algunas opciones de cómo reaccionar: congelarse, huir, pelear, adular, criticar, etc. Esas reacciones no eliminan el temor, simplemente nos permiten sobrevivir. Hay ocasiones en que sobrevivir es suficiente, pero hay veces que uno necesita enfrentar el miedo. Aquí entra la audacia.
Los niños pequeños a veces tienen mucha más audacia que los adultos porque ser niño/a no es tan fácil como muchos adultos creen. Algo tan familiar como ir a la escuela por primera vez puede ser un reto difícil para un niño o niña que no conoce a nadie. Algunos lloran, pero la mayoría lo enfrenta con audacia y valentía.
¿Cómo desarrollar esa audacia?
- Con la mayor honestidad posible, identifica cuáles son tus miedos o tus heridas. Por ejemplo, una herida de abandono puede provocarte miedo a enamorarte.
- Establece 2 ó 3 metas claras. Aunque una de tus metas te llene de terror, si es algo que deseas profundamente, es para ti. Así que escríbela.
- Fortalece tu autoestima. Busca libros, videos, audios, terapia… lo que sea necesario para que tú empieces a realmente creer en ti.
- Presta atención a la calidad de las personas que te rodean. Hemos escuchado desde pequeños “dime con quién andas y te diré quién eres.” Es verdad. Filtra.
- Redefine “fracaso”. A veces creemos que el fracaso es malo y con tal de no fracasar, no nos atrevemos a nada. El fracaso es parte importante del crecimiento.
- Toma pasos pequeños. Escoge una de tus metas y escribe cuáles serían los primeros pasos que necesitarías tomar para acercarte a esa meta. Atrévete a tomar ese primer paso.
La audacia es como un músculo que puedes desarrollar. No esperes cambios de la noche a la mañana, pero si eres constante en seguir estos 6 pasos lo vas a lograr.
