Ayer una colega me hizo un comentario que me ha dejado pensando porque tiene toda la razón. Muchas personas ven la atención psicológica como si fuera un lujo; algo innecesario que sólo está reservado para los locos y los niños malcriados. Esas mismas personas, sin embargo, viven llenos de amargura, fracasos, tristeza y dramas pero han llegado a creer que vivir así es normal y aceptable.
Te doy un ejemplo.
Ayer escuché a una niña de 4 años hablarle de una manera irrespetuosa a su mamá mientras salían de un comercio:
-¡Mamá espérame! ¡Jo!¡Siempre con la misma payasada!¿No sabes esperar?
La madre no dio ninguna señal de molestia: inmediatamente se detuvo y esperó a la niña en completo silencio.
Ahora, si una nena de esa edad se atreve a hablarle así a la madre en la calle, es porque en la casa lo tiene por costumbre. Si alguien le sugiere a esa madre que lleve a la niña a un psicólogo, de seguro que la madre lo hará porque cree que la niña está mal. Sin embargo, la del problema no es la niña sino la madre. Nuestros hijos simplemente son el resultado de lo que han aprendido de los adultos que les rodean. Es decir, la niña no es la que necesita la atención profesional. Es la madre que ha hecho creer a una nena de 4 años que no tiene nada de malo hablarle así a su progenitora.
Por otro lado si alguien le dijera a la madre que buscara ayuda para resolver los problemas emocionales que tiene que le han hecho perder la autoridad sobre su hija, probablemente ésta se ofendería y diría que no está loca o que no tiene dinero para eso.
Como dijo mi colega, la gente va al médico de vicio; si les duele la uña corren a buscar remedio, pero andan por ahí con el corazón partido y no creen que necesitan ayuda.
De lo que no se han percatado muchos es que si no están bien emocionalmente esto afecta las relaciones, las finanzas y la salud física.
Igual como no te duele invertir en zapatos y carteras caras, no debes pensarlo dos veces antes de buscar psicoterapia porque el mejor regalo que puedes darles a las personas que amas es que tú estés bien.
