Recuerdo cuando tenía como 8 años y un día le dije a mi papá que cuando fuera grande me casaría con él. Es que mi papá era mi héroe y quizás aun lo sigue siendo. Así somos las mujeres: desde niñas soñamos con ser la princesa de alguien. Primero de papá y después de nuestros esposos. Es por eso que los cuentos de hadas son tan populares.
En verdad nunca dejamos de querer ser princesas, supongo que es parte de nuestra naturaleza.
Lamentablemente la sociedad les ha hecho creer a los hombres que su rol de papá no es importante para las hijas. Alguien salió con la tonta declaración de que las niñas sólo necesitan a sus mamás y millones de personas le creyeron. ¡Qué falsedad! Muchos estudios han demostrado justamente lo contrario. El papá juega un papel crucial en el desarrollo de la identidad femenina de las hijas. Algunos expertos alegan que una gran parte de la autoestima de la mujer depende de esa relación con su padre. Muchos concuerdan que la escogencia de un esposo se verá fuertemente influenciada por lo que percibieron del padre. Es decir, la mayoría de las niñas cuando crecen se casan con un hombre muy similar a papá.
Esto me lleva a la pregunta que le hice a un amigo esta semana: ¿Eres tú el tipo de hombre con el que quisieras que tus hijas se casaran?
Ellas buscarán en sus parejas lo que vieron en ti. Si tu respuesta a mi pregunta es que no, entonces es necesario que hagas inmediatamente todo lo que puedas hacer para convertirte en ese hombre.
Mi esposo es maravilloso. Mi hija lo sabe. Sé que escogerá bien