{:es}¿Quién firma tu cheque?{:}{:en}No Convincing Needed{:}

{:es}Vivimos en una época en la que las personas están bastante confundidas en cuanto a la lealtad y a quién o quiénes se la deben. Es más, creo que el mismo concepto no le es claro y creen que lealtad es dejarse llevar por la corriente o seguir al más llorón.

Recientemente escuché una historia que me ha dejado pensando. Una conocida me comentó que contrató a una joven para trabajar en la caja en su negocio. Debido al tipo de negocio, ella le explicó que tendría que ser sus ojos y oídos. No era necesario espiar, pero sí tenía que estar pendiente de lo que estaba sucediendo con los demás empleados pues todos sabemos que si los trabajadores están inconformes, le pasarán ese malestar al cliente. Creo que perder clientes no es el propósito de ningún negocio.

Pasó el tiempo y todo parecía marchar bien hasta que un día ‘de la nada’ explotó una situación. Resulta que un empleado estaba muy molesto y vociferó su malestar de tal manera que la dueña de la empresa lo escuchó. Eso destapo una serie de situaciones vergonzosas que al parecer venían sucediendo desde hace mucho tiempo. La nueva cajera estaba al tanto de todo, pero prefirió participar del chisme.

Aparentemente varias semanas antes, otra empleada había divulgado algo que había prometido mantener en secreto y al hacer eso, los demás se sintieron traicionados y llegaron a la conclusión que la empresaria era mala persona, ladrona y una larga de lista de otros adjetivos calificativos negativos.

La empresaria se acercó a la cajera y le preguntó si ella estaba al tanto de lo sucedido. La chica confesó que sí, que desde el inicio ella supo lo que estaba ocurriendo porque el comentario que desató el tsunami había sido público. Si ella hubiese hablado en ese momento, la empresaria hubiese tenido la oportunidad de arreglar la situación, aclarar las dudas y evitar el ambiente tóxico que se creó.

Hay demasiadas personas que creen que le deben lealtad a sus compañeros pero no se dan cuenta de dos detallitos importantes: primero, un compañero de trabajo que te arrastra en su drama y pone en riesgo tu empleo no está interesado en tu bienestar. Segundo, tus compañeros de trabajos NO FIRMAN TU CHEQUE.

No sé cómo la empresaria terminó de resolver la situación con la cajera. Pero lo que sí sé, es que ella decidió que le debía lealtad a una persona que llevaba sólo semanas de conocer y eso para mí dice mucho.

Es muy fácil exigir esto y aquello cuando trabajas para alguien porque no sabes lo difícil que es manejar una empresa por pequeña que sea. La cultura popular nos ha inculcado que el jefe siempre es le malo y que hay que odiarlo y es necesario detestar los días lunes. Pero no te dicen que esa actitud es la que mantiene a tantas personas en la pobreza.

{:}{:en}I read a statement today that  got me thinking:
People who do not honor and respect your energy and time shouldn’t be receiving your energy and time. –Lisa Fábrega

I find this to be so true, particularly when it comes to business and relationships. Sometimes we waste way too much time trying to convince love interests, friends, or potencial customers of our worth. Some people have been known to even go into debt trying to impress others. The reality is that if we are truly convinced of our own value then we don’t need to put on a show and we automatically let go of the need to try to get others to see how amazing we are.

Every few weeks somebody gets in touch with me asking for my services but stating they’re not sure I can help them with what they need. They usually start by telling me that ‘so and so’ recommended me but we might not be a good match. Then they ask me to tell them why they should work with me. I don’t even try participating in that conversation because I don’t need to. If you picked up the phone to call or text me, but you don’t think I can help you, you are wasting both of our time.

Something similar happens with relationships. Some people want to hand out crumbs and then they expect me to try to show them that I deserve more than that. Nope, that’s not how it works. This whole concept about relationships being ‘fifty-fifty’ and how we ‘complete each other’ is what has so many people confused. I don’t want half of nobody; you’re either all in or all out. If you want to have a relationship with me, you need to show up complete.

Too much time and energy is wasted on trying to live up to other people’s weird expectations. No matter what you do, you will never be exactly how others expect you to be. Instead of investing time trying to impress them, you need to raise your own standards and hold yourself accountable to those, and not to somebody else’s idea of what their experience with you should be like.

Once you’re able to do that then it’s easy to let go of the need to bend and twist to please everybody. And the sense of freedom that comes from accepting your own awesomeness without trying to convince anybody else of it, is priceless.

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