Ayer justamente cuando salí para buscar algo en mi carro, una mujer pasó caminando frente a mi casa conversando por celular. Ella le decía a la persona en la línea:
«Ya estoy llegando, pero hay un tranque*. Mira que el taxi ni se está moviendo.»
La gente cree que con mencionar que se atrazaron por el tranque, resuelven todo y no deben haber consecuencias. Admito que el tráfico está insoportable, pero el que en verdad quiere llegar a tiempo lo puede hacer.
Pero lo que más me llama la atención es lo facil que es mentir. Y me preocupa que es tan frecuente y tan común mentir por el celular. Una vez en la fila del banco escuché a un hombre decir por celular: «Estoy aquí en mi casa viendo tele».
Creo que la situación de la mujer que pasó frente a mi casa combina tres armas letales: la irresponsabilidad, el irrespeto y la deshonestidad. ¿Qué importa si me esperaron por media hora? ¿Qué importa si se atrasa todo por mi culpa?¿Qué importa si es mentira? Esa es mi excusa y la seguiré usando.
No, el tranque ya no es una excusa válida y no existe la «hora panameña». Tampoco existen las «mentiritas blancas» y el que es deshonesto en las cosas pequeñas también lo será en las cosas grandes.
(*en Panamá un tranque significa que el flujo del tráfico está obstruído por exceso de autos en la vía)