¿Caíste en la trampa?

Siempre he dicho que en la vida hay dos clases de personas: las que piensan y las que no piensan. No es secreto que la mayor parte de la programación televisiva local en Panamá está diseñada para mantener al segundo grupo en esa condición. Recientemente me detuve brevemente en un canal local y en ese corto tiempo conté que anunciaban 5 ó 6 novelas que dan a diario. Puede que sean más. Es triste.

 

Conversaba con una chica de 15 años quien me contaba su historia de fracaso escolar, chismes, peleas callejeras, relaciones ilícitas, drogas… en fín, todo lo que se ve en televisión.  Le pregunté a qué se debía tanta trifulca en su vida. Por supuesto que su respuesta fue que la gente es así. Le pedí que me contara lo que hace en su tiempo libre y su respuesta no me sorprendió: chateando por Facebook y viendo novelas.

 

Nada en la vida ocurre por casualidad. Lo que alimentas crece. Si dedicas tiempo a ver tonterías en televisión no debes sorprenderte si ves tonterías en tu vida. Así de sencillo es.

 

Sólo cierto tipo de personas con cierto tipo de vida tienen tiempo para dedicarle a las novelas. Una cosa es ver un capítulo de vez en cuando y otra es poner tu vida entera en espera hasta que se acabe la serie.  Lamentablemente los que cayeron en la trampa no lo ven. Creen que sus problemas son culpa del gobierno.

 

¿A quién le conviene que tú sigas siendo pobre y miserable? Pues esa persona hará todo lo posible para mantenerte esclavizada. Y tú  pensaste que era sólo un pasatiempo y lo llamas “diversión sana” sin darte cuenta que todo fue calculado y diseñado para evitar que surjas. Caíste en la trampa.

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