Demasiado sencillo

Hoy me percaté de lo fácil que es robarse un niño. Entiendo que vivimos en un país relativamente seguro, pero en verdad creo que a veces abusamos de esa seguridad.

Estuve en el supermercado hace unas horas y al acercarme a la fila rápida, vi a una mujer que llevaba a un bebé como de 4 meses en un cargador sobre su pecho. Ella trataba desesperadamente de sacar las cosas de la parte de abajo del carrito, así que le ofrecí ayuda. La señora suspiró y me dijo que su ayudante se había ido. Miré hacia donde ella señalaba y vi a un niño de unos dos añitos que estaba bastante alejado mirando los carritos de juguete.

Cada par de segundos ella llamaba ‘¡papi ven!’ Pero el niño nunca hizo el mínimo intento de dejar de mirar los carritos y acercarse a su madre.

La fila avanzó y pronto el niño estaba fuera de la vista. La madre, un poco distraída seguía diciendo ‘papi ven’.

Cuando ella estaba por pagar por sus compras, vi que, además del niño cargado en el pecho, ahora le tocaban 5 bolsas más, adicionales al que llevaba con las cosas del bebé.

-¿Le busco al niño? Pregunté.
-si, por favor, respondió ella con un poquito de pena.

Me salí de la fila, fui hacia donde estaba el niño, le agarré la manito y le dije: tu mami te llama. Vamos corriendo.

Y así agarradito de la mano me lo llevé corriendo por el supermercado hasta donde estaba la mamá peleando para recoger todas sus cosas y retirarse de la fila.

El niño nunca protestó. Es más, le reclamó a la mamá porque él quería uno de los carritos. Pero a mí nunca me dijo que no, ni trató de soltarse de mi mano, ni siquiera levantó la cabecita para mirarme.

Esta madre nunca me había visto antes en su vida, ¿por qué me dejó buscar a su hijo?
¿Por qué permitió que su hijo de dos años se fuera solito a la otra esquina a ver carritos?

Los niños van a hacer en la calle lo que se les permite hacer en la casa. Este niño obviamente nunca había aprendido a obedecer a la primera. Por lo tanto la cantaleta de ‘papi ven’ no había tenido ningún efecto en él. Ya estaba acostumbrado a escuchar instrucciones de aquellas que en verdad no tenía que obedecer.

La culpa no es del niño, nunca lo es. Fue demasiado fácil llevarme a ese niño y eso me aterra.


joeszilvagyi / Foter / CC BY-NC-SA
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