Murió sin compartir la receta

Hoy, mientras recopilaba material para el e-curso que estoy preparando, me encontré con la petición desesperada de una mujer.  Resulta que de niña su madre preparaba pan de naranja, pero la madre murió sin compartir la receta.  La mujer preguntaba si alguien sabía cómo preparar este pan. Eso me hizo pensar en la cantidad de personas que mueren diariamente sin haber compartido su conocimiento.

 

Un proverbio africano alega que cada vez que muere un anciano, es como cerrar una biblioteca.  ¡Eso es tan cierto! No sólo se pierden recetas, sino historias, tradiciones, experiencias de vida y hasta idiomas. En verdad es una tragedia.

 

Por supuesto, nadie sabe exactamente cuándo morirá. Estoy segura que muchos postergaron compartir su conocimiento pensando que les quedaba un día más. Pero lamentablemente la vida es incierta. Por eso dicen “nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.”

 

Comparte lo que sabes. Instruye a tu comunidad. Educa a tu pueblo. Cambia tu mundo. No mueras con tus recetas.

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