Tu primera consulta psicológica

La buena noticia es que hoy día muchas más personas están dispuestas a buscar ayuda con profesionales de la salud mental.  La mala noticia es que a veces llegan a consulta con muchos estereotipos, algunas expectativas irreales y un poquito de recelo. Siempre recuerdo al joven que entró a mi consultorio e inmediatamente se acostó en el sillón. Sus palabras fueron -esto es lo que se hace, ¿no?

En lo personal creo que requiere de mucha valentía presentarse a esa primera cita y tener que admitir que no estás bien. Creo que por eso muchos prefieren buscar alternativas. No critico ni juzgo esa decisión porque como he dicho en varias ocasiones, la terapia psicológica no es para todo el mundo.   Sin embargo, si estás contemplando la posibilidad de incluir la psicoterapia en tu proceso de auto-cuidado, déjame compartir contigo estos puntos importantes:

  • Confidencialidad. Todos los psicólogos nos regimos por un código estricto de ética que nos obliga a mantener en secreto lo que nos cuentan durante la terapia al menos que sea algo que pone en riesgo tu vida o la de otras personas.

 

  • Duración. Por lo general cada cita dura entre 45 y 60 minutos. Esto depende del terapeuta y su forma particular de trabajar.

 

  • Motivo de consulta. Al inicio de la primera consulta tu terapeuta te preguntará a qué se debe tu visita. Es tu momento para contar qué ha estado sucediendo en tu vida y por qué decidiste sacar la cita.

 

  • ¿Paciente o cliente? Algunos psicólogos prefieren usar la palabra paciente porque la palabra cliente sugiere mercantilismo, mientras que otros sienten que es mejor hablar de clientes porque la palabra pacientes sugiere patología. Esto también depende del terapeuta.

 

  • Participación activa. Recuerdo una vez que una joven dijo que había venido a consulta para que yo le diera una charla.  La terapia es un proceso colaborativo. Tú tienes que participar activamente expresando tus pensamientos, sentimientos, experiencias y cumpliendo con las tareas si las hay.

 

  • Plan de terapia. Al inicio o al final de tu primera cita, tu terapeuta te podrá hablar del plan de terapia. En este momento quizás te mencione cuánto tiempo durará el tratamiento, la frecuencia de tus citas, algunas tareas que necesitas realizar en casa y la fecha de tu siguiente cita.  En lo personal hace unos años yo dejé de establecer la siguiente cita y le indico a la persona que se comunique cuando esté lista para continuar.  De esta manera nadie siente obligación de asistir a terapia y vienen porque valoran la ayuda y reconocen que la necesitan.

 

  • Comunicación abierta.  No tengas miedo de hablar ‘a calzón quita’o’.  Tu terapeuta necesita que te comuniques de la manera más auténtica y honesta posible.

 

  • Paciencia.  Elimina de tu mente la idea que con un sola cita ya vas a resolver todos tus problemas, aunque es muy probable que te sientas un poquito mejor después de la primera consulta.  Los psicoterapeutas no tenemos una varita mágica. Si tienes un malestar vas al médico y te recetan medicamentos. Lo más probable es que vas a tener que tomarlos varias veces para que tengan efecto. De igual manera las heridas emocionales toman tiempo en sanar.

 

  • Enfoques distintos. Todos los psicoterapeutas no son iguales porque existen diferentes enfoques terapéuticos. Muchos se especializan en uno o dos enfoques, mientras que hay otros que utilizan el enfoque que consideran que te ayudará más. Si es un tema que te interesa, tienes todo el derecho de preguntar cuál es el enfoque o enfoques que se utilizará en tu caso.

 

  • Auto-cuidado. Tal como lo mencioné, asistir a terapia psicológica es parte del auto-cuidado, pero debe haber más. Junto con tu terapeuta, puedes armar un plan para incluir en tu día aquellos procesos, actividades, rituales o hábitos que contribuyan a tu crecimiento emocional y tu paz mental.

Si estás pensando sacar una cita para consulta psicológica, te animo a que lo hagas porque podría ser justo lo que necesitas para sentirte mejor.

 

 

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