Conversaba recientemente con una joven quien acababa de empezar a menstruar. Me comentó que los primeros meses no había sufrido de los molestosos cólicos y calambres. Pero que al conversar con sus amiguitas, éstas le dijeron que lo normal es tener dolores durante la menstruación. Por ende, esta niña inexperta había empezado a sufrir de cólicos también.
Al escuchar su relato no pude evitar sonreír. Es que así mismito son: te hacen creer que algo está mal contigo porque no estás adoleciendo como la mayoría.
Le expliqué a la niña que el hecho de que los dolores durante la menstruación sean comunes, no significa que sean normales. La menstruación no es una enfermedad y por lo tanto no debe ser tratada como tal. Si te duele, bien. Si no te duele, bien.
Hace unos meses una persona me dijo que mi forma de pensar no es normal. Acepto que mis ideas no son comunes, pero sí son normales. Es que nos hemos acostumbrado tanto a lo disfuncional que cada vez que vemos o escuchamos algo diferente lo juzgamos y hasta lo rechazamos.
No es normal andar deprimido o atormentado.
No es normal estar endeudado.
No es normal pelear con la pareja.
No es normal tener hijos malcriados.
No es normal quejarse por todo.
No es normal enfermarse cada vez que caen tres gotitas de lluvia.
Sólo porque algo sea común, no significa que sea ni normal ni aceptable. Atrévete a no ser “otro del montón”.
