Deja de limitarte

En las últimas décadas se ha hecho muy popular la consigna ‘vivir sin límites’. Como muchas otras tendencias modernas, hay personas que las repiten, las pintan en paredes, comparten esas palabras en memes y hasta se mandan a hacer camisetas con el mensaje. Pero ¿saben realmente qué significa vivir sin límites?

La mayoría está convencida que vivir sin límites se refiere a viajar, ir a muchas fiestas y comprar artículos de lujo. No estoy en desacuerdo. Pero vivir sin limites va más allá, porque los límites más peligrosos que nos esclavizan están escondidos en nuestro subconsciente.

Nuestra cultura celebra el sufrimiento tanto que la idea de lograr metas sin un esfuerzo exagerado, es vista como sacrilegio. Nos encantan las historias del individuo lucha, se sacrifica y casi pierde la sanidad para alcanzar un sueño.  Esta programación es la que a veces nos hace juzgar a los que tienen dinero, porque no los vimos sudando la gota gorda para justificar sus riquezas.

¿Cuáles son algunas de las maneras sutiles en que te limitas?

  • no te alimentas bien y por lo tanto te falta energía
  • no tomas en serio tu salud mental y emocional
  • no administras bien tu dinero y te lo gastas en tonterías que no necesitas
  • no tienes ahorros y si perdieras ese trabajo estarías inmediatamente en quiebra
  • no te llevas bien con nadie
  • tus miedos te hacen perder oportunidades
  • no te conoces lo suficiente como para saber qué te apasiona
  • sigues la corriente sin cuestionar

Vivir sin límites significa estar dispuestos a hacer todo el trabajo interior para eliminar las creencias limitantes. Creencias limitantes son aquellas que nos ponen en pausa, que nos hacen dudar de nuestro merecimiento, nos hacen sufrir de envidia y nos hacen ignorar nuestras habilidades. Estas creencias son las encargadas de mantenernos viviendo por debajo de nuestra capacidad. Es decir, puedes tomarte mil selfies viajando por el mundo y aun así vivir una vida limitada por miedos y dudas.

Uno de mis lemas favoritos hoy día es “no sufrimos”. Esto me impulsa a tomar decisiones inteligentes y atinadas desde una perspectiva de abundancia. Ya abandoné esa mentalidad que la productividad, la felicidad o las finanzas sólo vienen como resultado de un gran sacrificio con mucho sudor.  Esa mentalidad limita.

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