Mantén el balance

A veces caemos en el error de actuar como si tuviéramos que probarle algo al mundo. Constantemente estamos verificando cómo actuar, qué decir para demostrar que estamos apoyando o que somos de X o Y equipo o creemos esto o aquello. Es agotador vivir así.

Es posible mostrar solidaridad sin perder de vista el verdadero objetivo, porque estás tratando de probar tu lealtad.  Una cosa es una marcha pacífica y otra cosa muy distinta es tirarle piedras al carro de un desconocido simplemente porque no está de acuerdo con tu punto de vista y quiere pasar.

¿Cómo hace uno para evitar caer en extremos?

  1. Entiende que el punto es apoyar una causa, no demostrar tu merecimiento.
  2. Si realmente crees en la causa, no es requisito tratar de convencer a otros de tu punto de vista. Esas discusiones agotan y producen resentimiento y ansiedad.
  3. Recuerda que todos no tienen que estar de acuerdo contigo y estar en desacuerdo no las convierte en malas personas. La necesidad de juzgar y demonizar a otros produce ira, resentimiento y ansiedad.
  4. No tienes que ver todas las noticias ni enterarte de todos los detalles de todo siempre.  Dale a tu mente un descanso de tanta negatividad. Dosifica la información.
  5. Si vas a estar involucrada, necesitas mantener tu mente alerta para no convertirte en títere. Asegúrate de tomar agua, hacer ejercicio y dormir bien.
  6. Prioriza tu salud mental.

Es posible ser activista sin andar enojada todo el tiempo. Una cosa es tener opiniones fuertes y apoyar una causa. Otra cosa muy diferente es pensar que todos tienen que creer lo que tú crees y actuar como si tu valía dependiera de tu fervor.

 

 

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