A veces caemos en el error de actuar como si tuviéramos que probarle algo al mundo. Constantemente estamos verificando cómo actuar, qué decir para demostrar que estamos apoyando o que somos de X o Y equipo o creemos esto o aquello. Es agotador vivir así.
Es posible mostrar solidaridad sin perder de vista el verdadero objetivo, porque estás tratando de probar tu lealtad. Una cosa es una marcha pacífica y otra cosa muy distinta es tirarle piedras al carro de un desconocido simplemente porque no está de acuerdo con tu punto de vista y quiere pasar.
¿Cómo hace uno para evitar caer en extremos?
- Entiende que el punto es apoyar una causa, no demostrar tu merecimiento.
- Si realmente crees en la causa, no es requisito tratar de convencer a otros de tu punto de vista. Esas discusiones agotan y producen resentimiento y ansiedad.
- Recuerda que todos no tienen que estar de acuerdo contigo y estar en desacuerdo no las convierte en malas personas. La necesidad de juzgar y demonizar a otros produce ira, resentimiento y ansiedad.
- No tienes que ver todas las noticias ni enterarte de todos los detalles de todo siempre. Dale a tu mente un descanso de tanta negatividad. Dosifica la información.
- Si vas a estar involucrada, necesitas mantener tu mente alerta para no convertirte en títere. Asegúrate de tomar agua, hacer ejercicio y dormir bien.
- Prioriza tu salud mental.
Es posible ser activista sin andar enojada todo el tiempo. Una cosa es tener opiniones fuertes y apoyar una causa. Otra cosa muy diferente es pensar que todos tienen que creer lo que tú crees y actuar como si tu valía dependiera de tu fervor.