Exodo 20:12 ha sido tema de muchos sermones, regaños, chantajes y discordia. Dice
Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se prolonguen.
La confusión viene a raíz de la costumbre que tenemos los seres humanos de utilizar la biblia exclusivamente para castigar, condenar y juzgar. La pregunta inevitable es ¿estoy obligada a honrar a mis padres aunque fueron abusadores? Antes mi respuesta era que ‘honrar’ significa respetar. El respeto a los demás por lo general viene del respeto que nos tenemos a nosotros mismos. No se nos dice que los amemos, pero sí que los respetemos.
Hace unos años atendí a un señor adulto que había caído en depresión por la muerte de su padre. Su dolor era porque sentía que nunca había logrado enorgullecer a su padre y ahora ya era demasiado tarde. Después de conversar con él, logró entender que en verdad no es deber de los hijos hacer cosas para que los padres tengan de qué presumir. Esa es una carga de manipulación impuesta por las tradiciones. Los hijos no pedimos nacer (hay corrientes filosóficas que alegan que sí), pero nuestros padres sí decidieron traernos al mundo. Entonces tiene más sentido que los padres y madres se esfuercen por vivir de una manera que llene a sus hijos de orgullo.
Pero ayer escuché otra perspectiva. Cuando le das un regalo a alguien, se siente bien verlos disfrutar de ese regalo. ¿Qué es lo que más anhelamos como padres? Ver a nuestros hijos felices. Nuestros hijos nos honran cuando disfrutan del regalo de vida que les hemos dado. Honramos a nuestros padres cuando disfrutamos de nuestras vidas. Y no me refiero a la definición distorsionada de diversión que vemos en redes sociales. Lo repito: en lugar de dedicar tanto tiempo y energía tratando de aparentar bienestar y felicidad, tendría mucho más sentido utilizar ese tiempo para buscar ayuda para realmente estar bien.
Honras a tu padre y a tu madre cuando genuinamente disfrutas de tu vida: tienes paz mental, tomas decisiones coherentes, practicas un estilo de vida de agradecimiento, te rehusas a ser otro más del montón. Entonces no veremos padres y madres estresando a sus hijos para que saquen ciertas calificaciones sabiendo bien que eso no comprueba nada en la vida real. No veremos padres y madres exigiendo que sus hijos estudien carreras que les hagan a ellos verse bien. No veremos padres obligando a sus hijos a convertirse en contenido para redes sociales. Cuando los padres/madres empiecen a disfrutar de sus propias vidas entonces los hijos observarán y aprenderán a hacer lo mismo. La vida fluye hacia adelante, no hacia atrás.
