Más que tristeza

Algunos especialistas aseguran que después de la pandemia ha habido un incremento de personas diagnosticadas con depresión.  Esto no es sorprendente si evaluamos lo que la pandemia causó a nivel económico, mental, físico y emocional.

Primero, analicemos algunas de las causas más comunes de depresión:

  1. Aislamiento
  2. No poder lograr metas personales
  3. Mala alimentación / desequilibrio químico
  4. Eventos traumáticos en la niñez
  5. Sentir que nadie te apoya
  6. Sentir que no eres suficiente o no mereces amor
  7. Sentir que no tienes control de tu vida

Un porcentaje alto de la población vive con una o más de estas situaciones u otras similares. Mientras más tiempo el individuo sufre, más empieza a creer que su situación no tiene solución, que nadie más ha pasado por eso o que no hay ayuda disponible.

Con frecuencia en mi consulta me encuentro con alguien que me cuenta su historia y luego comenta con un poquito de vergüenza: seguro que nunca ha escuchado algo tan horrible como esto.  Mi respuesta siempre es que sí he escuchado historias similares y hasta peores.  Noto que eso les da un poquito de alivio.

Pero, ¿qué es depresión?

La depresión es una condición emocional debilitante que no sólo afecta al individuo, si no que afecta a todos en su entorno también. Es decir, los miembros de la familia y las amistades sienten el efecto de la depresión del ser amado. Más que tristeza, la depresión puede producir sentimientos profundos de decepción, ira y desinterés.  Disminuye la habilidad para concentrarse y para tomar decisiones. El apetito cambia y el cuerpo a veces se siente tan agotado que la persona duerme más de la cuenta.  Además, la mente es invadida por pensamientos negativos constantes y eso produce mucho desánimo.

¿De verdad que hay solución?

Muchos creen que la única opción es tomar medicamentos. Si bien es cierto que ayudan, no les funcionan a todos. Toma por ejemplo estas dos personas diagnosticadas con depresión:

Caso A: Petra es una mujer brillante con muchos títulos universitarios, un trabajo envidiable, una relación de pareja sana, buenas amistades, una familia que la apoya.

Caso B: Julissa nunca logró graduarse de la escuela, tiene trabajo eventual, vive en mucha escasez, su última pareja fue abusador, la familia aparenta ser unida pero hay muchos secretos y envidia encubierta.

Ambas tienen depresión pero sus historias son muy diferentes.  En el primer caso, es muy probable que le funcionen los medicamentos. Sin embargo, el segundo caso necesita psicoterapia, más que antidepresivos.

Si sientes algunos de los síntomas de depresión, busca ayuda. Conversa con un profesional que te pueda orientar y te pueda ayudar a encontrar la mejor solución para ti.  La depresión no es un simple malestar emocional; existen estudios que demuestran que la depresión puede causar problemas cardíacos.

Mientras te animas a buscar ayuda:

  • Fíjate a ver si tienes una dieta balanceada. La falta de ciertos nutrientes puede afectar el estado de ánimo.
  • Empieza a hacer ejercicio. De ser posible, camina en la naturaleza.
  • Estudia tu círculo. Si estás rodeada de personas negativas, abusivas, burlonas, que no aportan nada bueno, cámbialo.
  • Presta atención a la conversación constante que ocurre en tu mente. Asegúrate de hablarte con respeto y dulzura como lo harías con  una persona que amas.
  • Analiza lo que ves en redes. Deja de seguir cuentas que te hacen sentir que no eres suficiente o cuentas que solamente comparten chismes y superficialidades.
  • Consigue un cuaderno y empieza a escribir tus pensamientos a mano. Esto te ayudará a entender lo que está sucediendo en tu mente.
  • Conversa con alguien de confianza.
  • Practica la autocompasión. Eres un ser humano y los seres humanos cometemos errores. Un error o un mal pensamiento no te hace menos.

 

 

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