Dicen los filósofos informales que ‘el que oye consejo llega a viejo’. Lo que sucede es que a la gente le cuesta reconocer que necesita ayuda. La mayoría prefiere andar por ahí con la cabeza en alto haciéndose pasar por sabelotodos cuando la realidad es otra.
Creo que cuatro palabras que tienen el poder para limitarte son ‘eso ya lo sé’. Al decirlas estás cerrando la puerta para adquirir nuevos conocimientos. Entiendo. A veces da pena tener que admitir que no sabes nada. ¿Pero no es peor vivir en oscuridad perpetua que pasar cinco minutos de ‘pena’?
Recientemente una joven se acercó a mi consultorio en busca de ayuda porque estaba teniendo fuertes problemas con su pareja. Después de escuchar su relato, traté de darle algunas indicaciones pero la joven me interrumpía cada par de minutos para decirme ‘Eso ya lo sé’ o ‘ya yo hago eso’. Después de un rato me cansé, pues era evidente que estaba perdiendo mi tiempo. Así que con mi sonrisita de siempre le dije que dejara de mentirse a sí misma porque si fuera cierto que supiera todo lo que le estaba diciendo, entonces su relato sería otro.
Resulta que es muy fácil creer que no nos hemos equivocado. Lo comprendo. Es doloroso admitir que hemos tomado decisiones tontas. Pero un sabio una vez dijo que aquel que no reconoce sus errores pierde el poder para cambiar y eso significa que a veces hay que respirar profundo y aceptar que metimos la pata.
Los problemas más frecuentes hoy día caen bajo estas tres categorías: salud, finanzas y relaciones. Cuando no sabes lo que estás haciendo en cualquiera de estas tres áreas, se nota. Es como siempre he dicho: si tu autoestima está alta, no tienes que anunciarlo porque se verá en tu estilo de vida, en el tipo de decisiones que tomas, en la clase de personas que te rodean y en la forma en que manejas las situaciones desafiantes.
Si lo sabes, se nota y si no lo sabes, también. Mejor respira profundo, escucha Buena musica
