Somos seres sociales y por lo tanto necesitamos unos de otros. Por esto las relaciones que establecemos con amistades, compañeros de trabajo, parejas, familiares y otros ejercen mucha influencia sobre nuestras vidas.
He notado que una de las relaciones que tiene el mayor poder para enaltecer o destruir al individuo es la relación de pareja– la relación romántica.
He visto a muchos hombres y muchas mujeres transformarse y vivir muy por debajo de su potencial porque se unieron a personas que no supieron cómo apoyar sus sueños.
También he visto a muchos hombres y mujeres que no parecían tener futuros brillantes superar todas las expectativas porque contaron con alguien que creyó en ellos.
Mi conclusión es que en todas tus relaciones y en especial la relación amorosa tienes sólo dos opciones:
a. vas a agregar valor a la vida de la persona
b. vas a complicar la vida de la persona
Si decides agregar valor a su vida, esto significa que estás dispuesta a presentarte en la relación con tu mejor versión y estás dispuesta a traer tu 100% a la mesa.
Sin darse cuenta la mayoría escoge la opción ‘b’. Es más fácil e implica que vas a usar manipulación, amenazas, juegos mentales y control para conseguir lo que quieres. Eso no es amor. Es egoísmo.
El amor verdadero sólo lo experimentan los valientes porque están dispuestos a nadar en contra de la corriente.
